Experta detalla las consecuencias negativas del maíz transgénico
El maíz transgénico es aquel que se ha modificado de forma genética para mejorar sus características, principalmente las relacionadas con la tolerancia de sustancias o síntesis de toxinas para repeler plagas y enfermedades que afectan el cultivo del maíz.
En México desde 2003 fue prohibido de manera constitucional el cultivo de estos alimentos; sin embargo, se han descubierto algunos sembradíos de granos intervenidos en Tamaulipas y Yucatán; por otro lado, para dar abasto a las demandas se importa mazorca blanca y amarilla de Estados Unidos de América (EUA), la cual es transgénica en 90 por ciento.
Por ello, en el sexenio pasado se elaboró un Decreto presidencial en el que se prohibe la importación de maíz transgénico, así como el uso de éste en la elaboración de masa, tortillas y en forrajes para animales. Ante esta situación, EUA abrió una Controversia dentro del Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), la cual fue determinada el pasado 20 de diciembre en favor del país vecino.
La Coordinadora de la maestría en Salud Pública y profesora de tiempo completo, adscrita al Departamento de Productividad y Desarrollo Tecnológico, del Centro Universitario del Norte (CUNorte) doctora Elba González Aguayo, explicó que las enzimas del maíz transgénico pueden tener efectos en la salud humana, en mamíferos de granja y en la biodiversidad.
“Cuando se implementó el modelo de la Revolución verde, el uso de químicos para el cultivo permitió fomentar la seguridad alimentaria a nivel internacional. Setenta años después nos damos cuenta de que la mayoría de estos productos son tóxicos porque son bioacumulables en los granos, células de los alimentos, órganos y tejidos de nuestro cuerpo, lo que desencadena problemas a la salud y al medio ambiente”, informó.
Añadió que la razón por la que el fallo de la controversia fuera en favor de EUA, tiene que ver con que los estudios se centraron en población humana y no hay suficientes pruebas para demostrar el daño que causa a la salud; sin embargo, “no estamos viendo lo que sucede con las especies acuáticas, la infiltración de estos compuestos en el suelo y el agua; estamos omitiendo algunos ejes centrales en los cuales podríamos tener resultados contundentes para evaluar el grado en el que los transgénicos son perjudiciales a la salud”, subrayó.
Maíz nativo podría estar en riesgo
En México se cosecha maíz nativo e híbrido; en éste se seleccionan semillas para cruza inducida, muy similar a la cruza natural, de esta manera las características del maíz mejoran de forma tradicional y se mantiene la riqueza cultural genética.
“El maíz se poliniza a través del aire, por lo que si se autoriza un cultivo de maíz transgénico o se tiene uno cerca perdemos la opción de proteger las variedades nativas y criollas, puesto que fácilmente pueden existir cruzas no controladas”, denunció González Aguayo.
Dijo que podría existir una producción adecuada para abastecer la demanda interna del país, pero el conflicto es que los productores locales compiten de manera desigual, ya que el precio de las semillas y productos los establece la Bolsa de Chicago de forma anual, en función de las proyecciones de modelos, tecnologías y cambios climáticos.
“Esto es desfavorable para los agricultores mexicanos porque con el precio estándar determinado su margen de ganancia suele ser el mínimo, lo que hace que muchos productores pequeños o medianos que trabajan agroecológicamente abandonen la producción de maíz, lo que vuelve necesaria la importación del producto de EUA”, abundó.
En 2022, compartió González Aguayo, un estudio reveló que 90 por ciento de las tortillas producidas en el país fueron hechas con maíz transgénico, lo que indica que efectivamente existe el consumo de este producto y que probablemente sea para reducir el costo de la elaboración de la tortilla.
“Si la balanza sigue desigual para los productores locales, poco a poco desaparecerán las diferentes razas de maíz que existen en nuestro país, además de perder la riqueza nutrimental de este alimento, pues contiene aminoácidos esenciales, lípidos, antioxidantes que favorecen la salud y retardan el envejecimiento celular, principalmente el maíz negro, azul y colorado”, resaltó González Aguayo.
En promedio, en México cada persona consume 190 kilogramos de maíz por año, es por ello que la consideración de evitar el consumo de transgénicos debe ser relevante para los gobiernos. A pesar de las diferencias políticas y visiones empresariales, se debe de llegar a un acuerdo que no polarice los puntos de vista.
“Debemos encontrar sostenibilidad ambiental relacionada con el cultivo del maíz, porque ninguno de los extremos tiene la respuesta correcta. El desarrollo tecnológico con técnicas agroecológicas nos abriría posibilidades de mejorar los cultivos de manera viable para garantizar la seguridad alimentaria, la salud, el cuidado al medio ambiente y nuestra cultura”, concluyó la investigadora.
Atentamente
“Piensa y Trabaja”
“1925-2025. Un Siglo de Pensar y Trabajar”
Guadalajara, Jalisco, 7 de enero de 2025
Texto: Prensa UdeG
Fotografía: Valeria Jiménez | Fernanda Velazquez
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