Rosa Montero habla de libros, salud mental y la imaginación con mil jóvenes en la FIL

Rosa Montero habló de sus pasiones, su amor por los libros y por la escritura con jóvenes y personas aficionadas a su obra como parte del programa “Mil jóvenes con…” de la FIL de Guadalajara 2025.

En una reunión con “el Tesoro de la feria”, como lo describió su presentadora Laura Niembro, la autora de La loca de la casa, habló de su propia historia con los libros, que inició cuando era pequeña y sufrió de tuberculosis, además de que su familia tenía una amplia biblioteca de donde elegir los títulos. 

Aseguró que leer y escribir es una “apuesta optimista” que involucra la mejor parte del ser humano y que lo conecta con otras personas.

“Hay tanta fe y tanta confianza en leer y escribir, en pensar que voy a entender lo que alguien ha escrito hace 200 años, lo que alguien ha escrito a 12 mil kilómetros, de que vamos a tocarnos el corazón y la cabeza quien lo escribe y quien lo lee”, afirmó.

Montero reveló que es una escritora consciente de la deuda que tiene con las y los lectores y con el tiempo que le dedican a comprar y consumir sus historias, tanto en los libros como en los artículos que escribe para diarios como El País.

“Soy una persona que se siente totalmente en deuda por esa voluntad de los lectores de leerme, porque el arte es comunicación y si no hubiera alguien al otro lado leyendo no tiene sentido. La historia de la literatura está llena de tremendas historias que perdieron literalmente a sus lectores y se volvieron locos o se pegaron un tiro”, comentó la también autora de La ridícula idea de no volver a verte.

Dijo que las y los escritores son, antes que todo, apasionados lectores, y como toda persona aficionada a los libros reescriben en su propio imaginario cada texto que leen. 

“Cuando leemos, reescribimos el libro que leemos, pero cada lectura es distinta. Si lees un libro que te gusta en dos épocas de tu vida, lees dos libros distintos. Al leer, cada persona pone en la narración su propio sentido de la belleza, su propia originalidad y su propia sensibilidad”, aseguró.

Crisis 

La también periodista y autora de 20 novelas, libros de literatura infantil y de relatos, reveló que en su adolescencia tuvo crisis de pánico que le duraron hasta los 30 años, y aseguró que es necesario que las personas hablen de estos problemas de salud mental. 

“Es algo que forma parte de lo que los seres humanos somos y además eso implica que lo vas a tener en tu vida o que lo va a tener alguien cercano, y que tú vas a estar afectado por eso de alguna manera; hay que quitar el horror y el desconocimiento que hay en los trastornos mentales, y normalizarlos”, consideró. 

Una forma de “sacar la vuelta” a estos problemas es utilizar la imaginación para cualquier actividad que se desee, aunque especialmente aplicada al arte puede ayudar a estructurar el cerebro y sus funciones neuronales.

“El arte construye mucho, estructura mucho, ayuda mucho. Todos los que tengan tentaciones, por favor, hay que cultivarlas, porque eso te hace más fuerte y te hará vivir mucho más feliz”, aconsejó.

Montero, quien ha publicado también Te trataré como a una reina y Los tiempos del odio, dejó la carrera de psicología para dedicarse a escribir, pidió a quienes estén interesados en la literatura y la escritura a respetar sus deseos y pasiones, y tomarse en serio a sí mismos, “porque si no, nadie más lo va a hacer”, sentenció. 

“Uno de los grandes problemas que tenemos los seres humanos es saber qué queremos, cuáles son nuestros verdaderos deseos”. 

“Hay gente que se muere sin saber qué es lo que desea hacer en la vida. Empezamos a vivir, de entrada, intentando ser aquello que nuestros padres quieren que seamos o lo que nosotros creemos que nuestros padres quieren que seamos, pero intentar de verdad saber qué es lo que quieres hacer de tu vida, ahí es donde empieza la libertad”, concluyó.

Atentamente
“Piensa y Trabaja”
“1925-2025. Un Siglo de Pensar y Trabajar”
Guadalajara, Jalisco, 3 de diciembre de 2025

Texto: Prensa UdeG
Fotografía: Edgar Campechano Espinoza