Especialistas alertan sobre la financiarización de la vivienda y llaman a desmercantilizar el derecho a habitar
En una charla organizada en el marco del programa de FIL Pensamiento, de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara 2025, especialistas en vivienda y ciudad advirtieron que la crisis habitacional global no se debe a la falta de construcción, sino a un modelo económico que convierte el suelo y las casas en instrumentos financieros.
En la mesa “Casas sin gente; gente sin casa. El futuro de la vivienda”, realizada este jueves 4 de diciembre, a las 16:00 horas, en la Rambla Cataluña, participaron Raquel Rolnik, Zaida Muxí y Mónica Gómez Gutiérrez, moderadas por Máximo E. Jaramillo Molina y Andrés de la Peña.
La catedrática brasileña Raquel Rolnik subrayó que hoy “el espacio, desde la construcción hasta la gestión, está 100 por ciento controlado por el capital financiero”, que usa la ciudad como “estrategia para transformar todo lo que es espacio construido en activos financieros”.
Esto provoca, dijo, que las y los habitantes compitan por vivienda con fondos de inversión, capitales globales y fondos de pensiones: “El producto es ‘casas sin gente y gente sin casa’, porque compitiendo entre nosotros con el gran capital global, ¿quién va a ganar esta competición?”.
La arquitecta y urbanista Zaida Muxí situó el problema en las políticas derivadas del Consenso de Washington, que “instaura la desaparición del Estado, la desaparición de los impuestos a las grandes fortunas y la libre circulación del capital”.
Muxí resumió así la lógica del uso del suelo urbano: “El precio del suelo es una excusa; el planeamiento es ley y los Estados tienen herramientas para cambiarlo, pero no las usan porque forman parte de esos intereses”.
La académica Mónica Gómez Gutiérrez llevó la discusión al plano cotidiano de las ciudades latinoamericanas. “Es bien difícil ser arquitecto y urbanista y ver, caminando en el territorio, todo lo que hemos fallado”, afirmó, al subrayar que el problema de la vivienda no se reduce a las personas en situación de calle, sino que “hablamos del 80 por ciento de las ciudades latinoamericanas en que las personas no tienen un acceso a vivienda adecuada”.
Gómez Gutiérrez cuestionó también la carga cultural asociada con la propiedad: “Si no tengo casa no soy nadie, no triunfé en la vida”, dijo, en un país en el que “80 por ciento de la ciudad lo construye la gente con las manos”. Definió la vivienda como una extensión de la identidad: “Pasamos de un ser al tener para poder defender la vida, pero ahora el mercado invierte las cosas: si no tengo, no soy”.
Al abordar las posibles salidas, Rolnik fue contundente al señalar que muchos Estados han sido “100 por ciento protagonistas en el proceso de financiarización”, promoviendo “fake viviendas sociales” mediante subsidios, incentivos urbanísticos y exenciones fiscales. “Con nuestra plata colectiva se produce algo en nombre de vivienda que no es vivienda, que no es para la gente, sino para la remuneración futura del capital”, advirtió.
Y propuso un giro de 180 grados: “Parar de hacer políticas para promover la financiarización y usar los recursos públicos para poner suelo público al servicio de la vivienda social de verdad”.
Rolnik llamó a romper la ecuación vivienda = propiedad individual: “Una vivienda adecuada no es sólo una propiedad, es un lugar donde hay seguridad de tenencia, condiciones dignas y acceso a ciudad, educación, salud, transporte y medio ambiente”. Su propuesta central: “No mercantilizar la vivienda, desmercantilizarla; dejar de verla como mercancía o activo financiero y asumirla como base fundamental para proteger la vida”.
En la misma línea, Muxí defendió modelos de cooperativas de propiedad colectiva y cesión de uso, así como una planificación urbana que fije obligaciones sociales al mercado: “Tenemos herramientas políticas para hacer lo que debe hacer la política: redistribuir recursos, accesos y oportunidades que el mercado nunca va a garantizar”.
Gómez Gutiérrez subrayó que no existe una solución única: “La verdad, con mayúsculas, no es otra cosa que la sumatoria de todas las verdades”, dijo, al defender respuestas múltiples, locales y desde distintas disciplinas. Presentó el proyecto “Arquitectura sin arquitectos”, mediante el cual buscan “dotar de herramientas tecnológicas y sociales a las personas que autoproducen su vivienda” y “prestarles los lentes de expertos a quienes no pueden pagar un arquitecto”.
Como parte de esa apuesta por la organización social, se anunció una protesta simultánea en Guadalajara, Monterrey y Ciudad de México, así como la aparición pública de la Red Nacional por la Vivienda, que agrupa a diversas colectivas del país para exigir políticas que garanticen el derecho a habitar.
“Las demandas tienen que venir desde la ciudadanía para que el Estado realmente cambie”, remarcó Jaramillo, mientras De la Peña invitó a seguir las actividades y convocatorias de la red en redes sociales.
Atentamente
“Piensa y Trabaja”
“1925-2025. Un Siglo de Pensar y Trabajar”
Guadalajara, Jalisco, 4 de diciembre de 2025
Texto: Paulina García | Gaceta UdeG
Fotografía: Abraham Aréchiga
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