Mis historias en La Habana: Leonardo Padura

En la Cátedra Latinoamericana Julio Cortázar, el escritor cubano habló de su relación con La Habana, de la cual dijo se ha vuelto complicada, y aunque “todo se ha ido desvaneciendo, sigue siendo una ciudad culta”

El Paraninfo Enrique Díaz de León de la Universidad de Guadalajara fue sede anoche de la Cátedra Latinoamericana Julio Cortázar, en donde el escritor cubano Leonardo Padura, la investigadora Patricia Córdova y el periodista Diego Petersen sostuvieron un conversatorio titulado “Mis historias en La Habana”, en torno a sus libros El hombre que amaba los perros, el cual cumple 15 años de haber sido publicado e Ir a La Habana, un relato autobiográfico.

 

15 años de El hombre que amaba los perros 

Diego Petersen comenzó enfatizando la importancia de la novela El hombre que amaba a los perros, que narra la huida de León Trotski de Stalin; el reclutamiento y la historia de su asesino, el comunista Ramón Mercader y la marginación de Iván Cárdenas, un novelista cubano que aprende temprano en su carrera los peligros de escribir en su tierra natal, así como la influencia de México en la composición de esta obra.

 

“Toda esta historia era accesible para todos; pero si esta novela la hubiera escrito un novelista argentino, mexicano o español hubiera sido muy diferente por la única razón de que el escritor no hubiera vivido en un régimen socialista. Únicamente se puede crear arte desde la libertad, y la novela es el género de la libertad”, comentó Padura. 

 

Esta novela colocó al autor en la memoria colectiva universal y logró con cada uno de los personajes crear pensamientos y corazones inigualables y excepcionales, así lo comentó Patricia Córdova. 

 

“En cuanto a los personajes, puedo decir que crear a Trotski fue lo más difícil, porque podías encontrar muchísima información sobre él en todas partes. Primero, intenté escribir su personaje en primera persona, pero mis editores insistieron en que ese era un problema, puesto que yo no había logrado ingresar en su cabeza. En el caso de Ramón Mercader, se sabía tan poco que me daba la posibilidad de crear e inventar, pero siempre desde lo posible y comprobable con la historia existente. E Iván Cárdenas es completamente ficción, pero es el más real de los tres, porque está construido desde mis miedos, mis incertidumbres, mis cuestionamientos y añoranzas”, agregó el escritor.

 

Una historia propia: Ir a La Habana 

“El mejor personaje de Padura, en sus libros e historias es La Habana, y este libro es sobre este personaje, aquí se puede notar que La Habana duele”, dijo Petersen para introducir la conversación hacia la novedad Ir a La Habana, publicado en 2024. 

 

En éste, según mencionó Padura, se reflejan los procesos de construcción de La Habana a partir de dos líneas temporales importantes: La Habana olvidada y corrupta, y La Habana que busca ser más moderna, contemporánea y atractiva para los turistas.

 

“Mi relación con La Habana se ha vuelto complicada, ya que tengo el sentimiento de sentirme cada vez más ajena a ella. Son esos dos conceptos, la ajenitud y la deconstrucción los que arman los hilos constructores de este libro”, dijo. 

 

Además, entre anécdotas y risas, Padura comentó los cambios culturales que ha vivido La Habana, tales como los sonidos agresivos provenientes de grandes bocinas, los cuales, en la mayoría de las veces, resuenan con reguetón, olvidando cada vez más la música tradicional, como la salsa y los boleros. También comentó cómo esa ajenitud proviene de los cambios en las personas, quienes cada vez se encuentran más y más a la defensiva con tal de sobrevivir.

 

“Esto es el índice de que algo ha cambiado. Todo se ha ido desvaneciendo, pero sigue siendo una ciudad culta. Sin embargo, la miseria crea miserables. Me voy sintiendo ajeno a la ciudad porque crecí con otros códigos de comportamiento que habían funcionado siempre”, subrayó. 

 

Para cerrar, el escritor habló sobre una nueva novela en la que está trabajando, la cual hablará sobre el destino de hombres y mujeres de su generación, quienes, de no contar con un milagro (como que alguno de sus hijos o familiares viva en el extranjero), reciben una mínima pensión y cómo van, poco a poco, perdiendo la fe y su dignidad por lograr sobrevivir. 

 

 

Atentamente
“Piensa y Trabaja”
“1925-2025. Un Siglo de Pensar y Trabajar”
Guadalajara, Jalisco, 19 de febrero de 2025

 

Texto: Anashely Fernanda Elizondo Corres
Fotografía: Iván Lara González