Descendente y alargado, el acento característico de los tapatíos
Cantadito, descendente, alargado y con mucho énfasis. Así es el acento con el que hablan los tapatíos. Y no se trata de la típica burla que proviene de los habitantes de otros estados, sino de las mediciones fonéticas realizadas por el académico de la Universidad de Guadalajara (UdeG), Reynaldo Radillo Enríquez.
La investigación, realizada como parte de su tesis de maestría en Lingüística Aplicada, le ayudó a entender que los nacidos en la llamada Perla de Occidente, suelen terminar las frases de manera descendente y alargando las últimas palabras de la frase.
“Tendemos a terminar las oraciones hacia abajo, bajamos los tonos con los que hablamos. Por ejemplo, una persona de la Ciudad de México diría ‘Estoy cansAAdoo’, con una entonación ascendente y descendente; sin embargo, un tapatío podría decir ‘Estoy cansaaadooo’, no solamente hacia abajo, sino con un alargamiento, que sería otro rasgo característico de los tapatíos; el descenso más el alargamiento final de los enunciados”, explicó el especialista.
En comparación con el habla regiomontana, donde sus habitantes hablan con tonos más altos que los tapatíos, quienes además de las curvas de entonación descendentes, “el espacio que hay entre el inicio del final del enunciado y el final del mismo es muy grande, es decir se arrastra más”, añadió el académico.
Por ello, son comunes expresiones como “saaabeee” para denotar ignorancia o incluso sarcasmo, o la famosa “heeyy”, como afirmación.
“Llevan, además del significado, una entonación característica que coincide con este alargamiento de la última silaba y el descenso del final. Si le decimos a alguien de otra ciudad que imite esta expresión, difícilmente podría hacerlo con los mismos rasgos, pues está anclado en esta identidad tapatía”, aseguró.
Radillo Enríquez, investigador del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH), realizó un estudio pionero en su tipo, en el que utilizó entrevistas con personas originarias de Guadalajara y luego midió la prosodia, es decir, los rasgos de sonido al articular las palabras.
Esta forma de hablar tradicional se ha extendido a otros municipios como Zapopan, Tlaquepaque y Tonalá, debido a la expansión de la mancha urbana y el desplazamiento que tuvieron quienes antiguamente vivían en el Municipio de Guadalajara, agregó.
El estudio hace una aportación única a los estudios fonéticos y lingüísticos en la región Occidente, pues hasta ahora no había registros ni investigaciones que indagaran el por qué los tapatíos hablan de esta manera.
“El único registro que hay en cuanto a la entonación jalisciense, ni siquiera tapatía, se remonta a los años 50 del siglo pasado y no había ni la tecnología ni los sistemas de transcripción fonológica que existen en la actualidad, no hay registro. La región Occidente no ha sido tan estudiada, pues todo se había enfocado en la zona Centro y la Ciudad de México”, explicó.
En la investigación, aún en curso, Radillo Enríquez ha encontrado diferencias de género en la entonación, pues las mujeres suelen iniciar las frases con mayor énfasis que los hombres, además de que este tipo de entonación es un signo de identidad que genera un sentimiento de pertenencia entre quienes son originarios de Guadalajara.
“Si algo nos cohesiona, o nos permite identificarnos con un grupo cultural, social o geográfico determinado, sería el acento antes que otra cosa. Más allá del uso de ciertas palabras, se dice que los tapatíos usamos como marca distintiva ‘ocupar’ en lugar de ‘necesitar’, por ejemplo; pero a mí me parece que mucho más allá de cuestiones de vocabulario, están más como sentido de pertenencia la entonación y la prosodia de manera más global”, concluyó Radillo Enríquez.
A t e n t a me n t e
"Piensa y Trabaja"
Guadalajara, Jalisco, 7 de agosto de 2019
Texto: Mariana González
Fotografía: Abraham Aréchiga
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