ChatGPT, por favor genera tecnologías sostenibles. El problema medioambiental de la IA

Cartel de ChatGPT, por favor genera tecnologías sostenibles. El problema medioambiental de la IA
Descripción

 

En el marco de FIL Pensamiento.

 

Es innegable que el desarrollo de la Inteligencia Artificial es el avance tecnológico más relevante de las últimas décadas. Convive y transforma ámbitos como la educación, el arte, la salud, la investigación… Está en el seno del debate y cada vez plantea más dudas y problemáticas, a medida que su uso avanza.

 

El empleo de la Inteligencia Artificial mostró algunas posibilidades esperanzadoras en lo que respecta al control y minimización de los efectos negativos de la crisis climática. Su capacidad para detectar patrones, utilizar el conocimiento histórico y predecir posibles escenarios futuros podría ser beneficioso para ayudar a mitigar tres pilares de esta crisis; la pérdida de naturaleza y biodiversidad, la contaminación y la gestión de los desechos. Desde el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), ya existen diversos programas que aprovechan estas competencias de la IA, por ejemplo, para controlar la emisión de gases de metano, un gas de efecto invernadero. El gran dilema se presenta al aceptar y definir el enorme costo que tiene la propia IA para el medioambiente. No es algo nuevo, que el uso y consumo de la tecnología en nuestra sociedad representa un gran gasto energético. Supone un dispendio de materias primas y tierras raras, que se consiguen en muchos casos a expensas del medio ambiente. Pero, la Inteligencia Artificial tiene un coste todavía mayor. Dada su necesidad de reunir una cantidad de datos inmensa para después procesarla, una búsqueda en ChatGPT consume 10 veces la misma electricidad que una búsqueda de Google. Aunque parezca algo intangible, el uso de herramientas como “la nube”, Alexa, ChatGPT… tiene un costo y una ubicación. Los centros de datos de todo el mundo consumen grandes cantidades de agua y energía. Según estudios de la Universidad de California, la infraestructura que la IA requiere para funcionar está cerca de consumir seis veces más agua que Dinamarca, un país de seis millones de habitantes.

 

Dentro de esta dicotomía invaden las emociones, el miedo, la incertidumbre, a veces la esperanza. Las Naciones Unidas propone una serie de medidas para los gobiernos. Para controlar estos efectos negativos de la IA, se exige a las empresas que los algoritmos de IA sean más eficientes, reduciendo su demanda de energía y agua, así como reutilizando tantos componentes como sea posible. Algunas preguntas a tratar son: ¿Son suficientes estas medidas para controlar un avance tan voraz? ¿Es el progreso que nos ofrece la IA un hecho? ¿Qué posición deben tomar gobiernos y organizaciones internacionales? Ante todo, no se puede olvidar que más allá del progreso, necesitamos un planeta que habitar.

 

Participan:

  • Miguel Alberto Zapata.
  • Lluis Nacenta.

 

Modera: Nadia Mireles Torres.

 

5 de diciembre, de 16:00 a 16:50 h.

Rambla Cataluña (avenida Juárez y Escorza, Guadalajara, Jalisco).

 

Más información en:

https://fil.com.mx/

 

Invitan
Centro Universitario de Ciencias Biológicas Agropecuarias