La importancia del “soft power” mexicano fue dialogada en FIL Pensamiento
A la habilidad de un Estado para persuadir a otros países, evitando el uso de la fuerza o la coerción y aprovechando, por ejemplo, su cultura, modelo social y valores políticos, se le conoce como soft power o “poder suave” (en su traducción al español). Este término fue acuñado por el geopolitólogo estadounidense Joseph Nye, en la década de los 90.
Con el fin de discutir cómo aplica este concepto en nuestro país, y como parte de las actividades de FIL Pensamiento, en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), se celebró la mesa “El soft power mexicano en una era de transformación”, moderada por el académico y fundador del Departamento de Estudios Internacionales en el ITAM, Rafael Fernández de Castro; y donde participaron el Rector de la UNAM, Leonardo Lomelí Vanegas; la Directora de la Casa de Cultura de México en Madrid, Ximena Caraza; Nicolás Alvarado, escritor y promotor cultural, y Alfonso Hernández, académico del ITESO.
El Vicerrector Ejecutivo de la Universidad de Guadalajara (UdeG), doctor Héctor Saúl Solis Gadea, pidió al público asistente a la mesa escuchar y reflexionar sobre la importancia de lo que forma e impulsa a México como país. “El propósito de esta mesa es reflexionar las oportunidades que tiene México, su soft power, para expandir sus oportunidades comerciales, culturales y económicas”, dijo.
Para definir la esencia del poder suave mexicano, Ximena Caraza mencionó que se forma gracias a nuestra alegría e influencia mediante la gastronomía y la cultura.
“México es un país que enamora, que no te deja en blanco; vibra, y eso es parte de nuestro poder. Tenemos la cultura que surge de este mestizaje que da resultados maravillosos, de ahí viene nuestro poder y no pasamos desapercibidos. Es amplio nuestro poder y considero que México no podría desaparecer tan fácil del mapa”, dijo Caraza.
Lomelí Vanegas, Rector de la UNAM, destacó que el potencial de México se encuentra en la diversidad cultural y natural, convirtiéndose en un extenso mosaico que ha sido difundido mediante el arte y la representación de la mexicanidad.
“Es impresionante ver cómo cada región de nuestro país tiene su propia civilización, su propia cultura, y todo esto le da una gran presencia a México. Lo que tradicionalmente se conoce como estereotipo de lo mexicano es sólo la superficie, puesto que existen muchas cosas más por descubrir; hay mucha ambivalencia y posibilidad de mostrar más esa gran diversidad”, agregó.
Nicolás Alvarado definió el soft power como una comunidad de valores que sirven como un arma de distracción masiva para hacer que las masas puedan empatizar y ceder sin utilizar la fuerza, el ejército y la represión.
“En Estados Unidos, por ejemplo, podemos ver una apuesta por el poder duro, completamente lo opuesto a lo que busca el poder suave, el cual siempre querrá resaltar los valores de una cultura. El relato de la Presidenta Claudia Sheinbaum, por ejemplo, en la comunidad internacional, es de alguien que ha sabido soportar y sobreponerse; algunas cosas son ciertas y otras no, pero esa es la magia del soft power, contar una buena historia de un país”, mencionó.
En el caso de Jalisco, Alfonso Hernández puntualizó que la imagen y la imitación son dos factores puntuales para el soft power, y Jalisco siempre ha podido posicionarse y proyectarse como un símbolo de la mexicanidad.
“Hablamos de tequila, mariachi y otras potencias culturales. Pienso que estamos en una coyuntura en este momento, México, después de la Revolución tuvo mucha fuerza, pero ahora la hemos estado perdiendo, lo que nos hace estar debajo en el poder económico, social y cultural. Es algo que tenemos que intencionar hacia el futuro”, declaró.
Solís Gadea resaltó que la imagen y la autoconfianza de un país es una cuestión que lo hace competir y ser aceptado mundialmente. En el caso de México, reafirmó que la multiculturalidad podría ser la clave para seguir promoviendo el poder suave.
“El poder suave es una clave importante para el éxito internacional. Tenemos que crear una conexión entre lo que realizamos como personas y lo que aportamos en nuestro país para poder potenciarlo. Así debería pensarse la ingeniería mexicana, incorporando valores mexicanos hacia el mundo y potenciando esa visión única”, mencionó.
Atentamente:
“Piensa y Trabaja”
“1925-2025. Un Siglo de Pensar y Trabajar”
Guadalajara, Jalisco, 30 de noviembre de 2025
Texto: Anashely Fernanda Elizondo Corres
Fotografía: Luis Sosa
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